A pesar de que cada vez somos más en la tierra, a pesar de que cada vez es más difícil despuntar en algún campo de conocimiento, llámese este musical, literario, deportivo, artístico, científico, teológico o empresarial, cada uno de nosotros tiene una inigualable esencia.

Esta esencia vive dentro de nosotros y está llena de pensamientos, sentimientos, perspectivas, ideas, inventivas, y emociones, que al mezclarlas germina un estilo inimitable muy valioso para nosotros, nuestros seres queridos, nuestros negocios y sociedad.

¿Por qué no se dejan ver todos esos talentos propios? El problema radica más en que no sabemos quienes somos que en las habilidades únicas que podríamos tener. No dedicamos tiempo a platicar con nosotros mismos y respondernos preguntas tan sencillas (pero profundas) como ¿quién soy? ¿qué me gusta hacer? ¿qué estoy haciendo? ¿en qué soy bueno?

Al tener una claridad de nuestra persona, se nos viene un reto igual de fuerte, ¿qué haré de ahora en adelante? ¿qué cambios tengo qué hacer? ¿cuánto tiempo debo dedicar a esos nuevos planes de vida?

Lo más lógico sería ponernos manos a la obra y descubrir nuestro estilo inimitable, sin embargo accionamos haciendo honor a una de las paradojas más grandes en la vida. Tomamos una salida más fácil y cómoda: Imitar al vecino, dejar que otros tomen el rumbo de nuestra vida, o fingir ser alguien que no somos y perdernos en todo ese mundo lleno de manipulaciones y sutiles influencias. Y aquí se nos vienen muchos problemas como relacionarnos con personas que no traen un valor a nuestro desarrollo, ocuparnos en actividades que no aportan nada a nuestra vida, gastar el dinero en cosas que no valen la pena, despreciar oportunidades buenas, perder tiempo y fuerza en proyectos que no van con nuestras habilidades o esencia.

Invirtamos al menos unos treinta minutos al día en conocernos a nosotros mismos, escribiendo nuestros intereses, nuestros ideales y anhelos. Luego, poco a poco, iremos creando una muy sólida idea de lo que somos y de lo que queremos. Al cabo de no mucho tiempo iniciaremos proyectos que siempre deseamos pero nunca hicimos nada por emprender, y lo mejor de todo, empapados de nuestro estilo inimitable.